viernes, 25 de febrero de 2011

Hacer dieta temprano durante el embarazo altera el desarrollo del cerebro fetal


Investigadores de la Universidad de Texas han encontrado que la dieta durante el embarazo temprano puede causar daños sustanciales al desarrollo del cerebro del feto, dando lugar a un menor coeficiente intelectual y problemas de comportamiento. El potencial de daño para el feto está presente tanto si el consumo de una dieta baja en calorías es intencional o no intencional, y se ha encontrado que el riesgo es aún más significativo para las madres adolescentes y las mujeres que quedan embarazadas tardíamente. Los detalles del estudio aparecen en el último número de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Para su estudio, los investigadores compararon dos grupos de madres babuino en el centro de investigación de primates de la Fundación para la Investigación Biomédica del Suroeste (SFBR). Mientras que a un grupo de embarazadas se le permitió comer tanto como quisieran durante la primera mitad de su embarazo, al otro grupo se le limitó a consumir 30 por ciento menos alimento. La dieta restringida es similar a la que muchas mujeres hacen durante el embarazo temprano, en particular las que sufren náuseas matutinas.


Entre las madres que se alimentaron con una dieta reducida en la primera mitad del embarazo, el equipo de investigación descubrió que los fetos sufrieron disminución de la formación de conexiones célula a célula, la división celular y cantidades de factores de crecimiento. Otros hallazgos indicaron que la deficiencia nutricional dio como resultado la detención del crecimiento de cientos de neuronas y genes que funcionan como reguladores de crecimiento y desarrollo celular.


En una declaración sobre las conclusiones del estudio, el investigador Dr. Peter Nathanielsz, director del Centro de Investigación del Embarazo y Recién Nacidos en la Escuela Central de las Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, señaló que el embarazo precoz es un "tiempo crítico en que nacen muchas de las neuronas y las células de apoyo en el cerebro."


Aunque se utilizaron animales para el estudio, los investigadores creen que los resultados también son válidos para los seres humanos. Estudios previos han mostrado que la marcada restricción de nutrientes en las mujeres embarazadas, como las experimentadas durante las condiciones de hambre, da lugar a importantes efectos en el desarrollo cerebral del feto.


El Dr. Thomas McDonald, autor principal del estudio, señaló, "Este estudio es una demostración más de la importancia de una buena salud materna y la dieta.", Y agregó que el estudio "apoya la idea de que las dietas pobres en el embarazo pueden alterar el desarrollo de los órganos fetales, en este caso el cerebro, de manera que tendrá efectos en la descendencia de por vida, lo que puede reducir el coeficiente intelectual y que predispone a problemas de conducta." McDonald también señaló que el estudio desafía la opinión general de que las futuras madres pueden proteger a sus bebés de la mala alimentación durante el embarazo semana a semana.


Para una futura madre, centrarse en su propia salud puede desempeñar un papel importante en la protección de la salud del hijo por nacer. Aunque se necesita una cantidad suficiente de nutrientes al comer por dos, se debe evitar el consumo de una dieta alta en grasas y optar por una dieta balanceada, ya que los estudios han demostrado que el exceso de grasa en la dieta puede tener un impacto negativo sobre el riesgo de defectos de nacimiento. Seguir una dieta saludable puede ayudar a mantener el nivel de nutrición y aumento de peso bajo control.




jueves, 10 de febrero de 2011

La obesidad ligada a los ingresos y la educación

Los bajos niveles de educación e ingresos, y no así la expansión suburbana, están asociados con mayores tasas de obesidad, informaron los investigadores.

El hallazgo desafía la opinión generalizada de que las personas que viven en las ciudades tienden a ser más delgadas porque tienen más oportunidades para caminar, mientras que las personas en las zonas suburbanas y rurales tienen que conducir a donde van.

Para este estudio, los investigadores analizaron datos de cerca de 7 millones de personas en los condados rurales y urbanos en Illinois, incluyendo a los residentes en el área metropolitana de Chicago.

Dentro de los códigos postales, el aumento de las tasas de obesidad se asociaron con mayor edad y el sexo masculino, junto con el porcentaje de personas que se desplazan en coche, son de color negro o hispano, o son dueño de sus hogares, dijeron los investigadores en el Centro de Transporte Urbano de la Universidad de Illinois en Chicago.

Las tasas de obesidad fueron menores en los códigos postales con un mayor ingreso medio y más residentes que habían asistido a la universidad.

Los hallazgos podrían resultar útiles en la planificación urbana, de acuerdo a la investigación el profesor asistente Pablo Metaxatos.

"Políticas ambiciosas sobre el uso de la tierra para tratar la obesidad puede tener poco éxito con las personas de bajos ingresos de minorías étnicas, que son las más necesitadas de ayuda", dijo en un comunicado de prensa de la universidad. "Los que están en las comunidades marginadas, desfavorecidas de transporte-se beneficiarían de un mejor acceso a ayuda médica, mejores mercados de alimentos e información sobre la modificación del estilo de vida."

También escogiendo mejores dietas para bajar de peso puede ayudar a las personas a instruirse mejor sobre nutrición.